¿Qué hace a un arquitecto?

¿Qué hace a un arquitecto? ¿Es suficiente con cursar la universidad y recibir un título para serlo? Si no, ¿qué rasgos y talentos son imprescindibles, entonces, para ser reconocidos como profesionales de la arquitectura?

Estudiar arquitectura como carrera universitaria es la forma conocida, estructurada y esquematizada de adquirir los conocimientos y técnicas que nos permitirán desarrollar proyectos arquitectónicos. Sin embargo, resulta muy curioso que, a lo largo de la carrera, muchos de los ejemplos usados como referentes son personalidades destacadas que nunca tuvieron un título de arquitectos, pero que, en cambio, recibieron numerosos reconocimientos por su loable trabajo como incansables diseñadores, investigadores e innovadores, abonando la carrera con sus valiosos conocimientos.

Pero, ¿qué rasgos tienen en común estos maestros que, sin haber recibido o completado una educación académica formal, han dejado una impronta necesaria e indeleble en el universo de la arquitectura moderna?

Si bien la academia ha sintetizado el trabajo de grandes profesionales para transmitir y perpetuar sus aportes, es mediante el ejercicio de la arquitectura como vamos desarrollando las destrezas para el mejor dominio de este arte y sus técnicas, es así como a través del trabajo de arquitectura podemos conocer tan bien sus aristas que podamos cuestionarlas y proponer nuevas alternativas que respondan a las necesidades cambiantes de nuestro entorno.

Hemos recogido los nombres de los principales arquitectos que obtuvieron su merecido título, producto de su innegable trabajo y sus brillantes aportes. Es gracias a estos grandes maestros que hoy podemos entender la arquitectura de la manera como lo hacemos.

Seis maestros de la arquitectura sin título de arquitectos

FRANK LLOYD WRIGHT (1867 – 1959)

“El arquitecto debe ser un profeta… Un profeta en el verdadero sentido del término… Si no puede ver por lo menos diez años hacia adelante no lo llamen arquitecto”.

“La educación, por supuesto, siempre se basa en lo que era. La educación te muestra lo que ha sido y te deja hacer la deducción de lo que puede ser. La educación mientras la perseguimos no puede profetizar, y no lo hace”.  Frank Lloyd W.

¡Quién lo diría! Frank Lloyd Wright, conocido como “el mayor arquitecto americano de todos los tiempos”, decepcionado del sistema educativo, abandonó sus estudios universitarios en Wisconsin, a tan solo un año de haber comenzado ingeniería civil, pero nunca dejó su carrera. Decidido a aprender y dominar la profesión, supo nutrirse del conocimiento y la experiencia de aquellos con quienes se asoció y para quienes trabajó. Y supo elegir muy bien.

Wright se movió a Chicago buscando contacto con el mundo real de la arquitectura y encontró ser asistente de J.L. Silsbee para posteriormente lograr entrar a la firma Adler & Sullivan, donde Louis Sullivan sería su tutor durante seis años y de quien obtendría importantes conocimientos que servirían de fundamentos para su distintivo estilo.

A pesar de no poseer título universitario, más de 1.100 edificios emblemáticos llevan su firma. Frank Lloyd recibió en 1991, el título de “El arquitecto más grande de todos los tiempos” otorgado por el Instituto Americano de Arquitectos y, a finales de los ochenta, su antigua escuela le otorgó un doctorado honorario en bellas artes.

TADAO ANDO (1941)

TADAO ANDO
Realmente, hay que tomarse muy en serio los sueños”.

Carente de recursos para pagar una educación universitaria, pero ávido de conocimientos acerca de la arquitectura, Tadao Ando se acercó a los libros en busca de su más grande sueño: la arquitectura. El respeto por su profesor de matemáticas, por los carpinteros locales a quienes veía trabajar con mucho ahínco y su admiración frente a grandes edificios y monumentos despertaron en Ando la necesidad de diseñar y construir edificios.

Su método de aprendizaje fue esencialmente autodidáctico y constó de mucha observación y minuciosas lecturas, al comienzo, y posteriormente viajes por África, Europa y Estados Unidos, así como un detallado estudio de la arquitectura tradicional japonesa en Kioto y Nara. Después de una serie de aprendizajes informales, Ando, en 1969, abrió su propia empresa de arquitectura a los veintiocho años.

Para este nipón, estudiar por su cuenta fue la oportunidad de descubrir un estilo propio que pudiera sumar algo de valor a la arquitectura moderna. Su distintivo estilo, fuertemente influenciado por la simplicidad japonesa, remarca el minimalismo como su línea de trabajo, empleando hormigón, concreto y vidrio como materiales recurrentes en la mayoría de sus construcciones.

Ando recibió, en 1995, el Premio Pritzker por su uso creativo de materiales naturales y por diseñar edificios notables con estética minimalista.

LE CORBUSIER (1887 – 1965)

LE CORBUSIER
“La arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz”.

Como Tadao Ando, el arquitecto y urbanista suizo Le Corbusier también debe su motivación por la arquitectura a la inspiración recibida de parte de sus maestros desde muy temprano y a su afición por la lectura.

El futuro de Le Corbusier parecía marcado por el esmaltado y los grabados, oficios que heredaría de su padre. Ambas actividades lo llevaron a inscribirse en la École des Arts Décoratifs de su ciudad natal, La Chaux-de-Fonds, en las montañas suizas del Jura. Tres años después, uno de sus profesores más allegados, Charles L’Eplattenier, supo distinguir su potencial y lo alejó de la carrera de grabados, conduciéndolo hasta despertar en él un inmenso interés por la arquitectura, interés que fue satisfecho de manera autodidacta, pues adquirió sus conocimientos sobre la materia a través de la lectura, numerosos viajes y las prácticas que tuvo oportunidad de ejercer junto a algunos arquitectos importantes como Auguste Perret en París, Josef Hoffmann en Viena, y Peter Behrens en Berlín.

Le Corbusier fue decisivo en la creación del Estilo Internacional: una corriente definida por formas con líneas rectas, interiores abiertos y espaciosos y estructuras “ingrávidas”; desarrolló una filosofía que apuntaba igualmente a lo funcional y a lo formal. Su trabajo se centró principalmente en cómo la arquitectura influye sobre los paisajes sociales. La influencia de Le Corbusier ha estado presente en el diseño de grandes bloques de apartamentos con viviendas espaciosas, áreas sociales sombreadas, jardines en los tejados y calles comerciales.

Por sus destacados trabajos, este arquitecto, diseñador y escultor suizo fue distinguido como Gran Oficial de la Legión de Honor en Suiza, recibió ‎la Medalla de Oro del AIA por su influencia en la teoría y práctica de la arquitectura, La Royal Gold Medal de arquitectura, otorgada por el Royal Institute of British Architects en reconocimiento a su contribución a la arquitectura internacional y se hizo acreedor del Premio Sikkens, uno de los premios más antiguos de arte independientes en los Países Bajos.

MIES VAN DER ROHE (1886 – 1969)

MIES VAN DER ROHE
“La arquitectura es la voluntad de la época traducida a espacio”.

Miembro de una familia humilde de canteros, este arquitecto estadounidense nacido en Alemania no contaba con los medios para acceder a una educación formal. Mies van der Rohe aprendió desde muy temprano el oficio de la albañilería, por lo que sus nociones sobre construcción lo llevaron a diseñar espacios sabiendo cómo debían ser ejecutados. 

“No quiero ser interesante. Quiero ser bueno”, declaró en 1948 Rohe durante una entrevista, dejando muy claro su objetivo como arquitecto: la excelencia, la cual perseguiría a su manera con una sed y vehemencia inimaginables, adquiriendo experiencia a través de la práctica, en sustitución de la educación académica que no podía costear.

A los 21 años diseñó su primera casa, la Casa Riehl en Potsdam, pero su inagotable necesidad de conocimientos lo condujo a trabajar junto al famoso arquitecto alemán Peter Behrens, cuya amistad sirvió de lobby para conocer artistas cuyas ideas abogaban por “un matrimonio entre el arte y la tecnología”. Mies continuó su formación, a su manera, hasta el final de su vida a los 83 años. 

Paradójicamente, Mies creó un plan de estudios de arquitectura de tres pasos que sintetizaba sus propias técnicas de diseño, buscando transmitir lo que a lo largo de los años había descubierto, gracias a su empeño en la arquitectura.

Mies sigue siendo una de las referencias más importantes actualmente de la arquitectura. Su proyecto más laureado es el Pabellón Alemán, un hito en la la arquitectura moderna presentado en la Exposición internacional de Barcelona en 1929, pabellón en el que también sus sillas llegaron a ser un clásico del diseño de muebles del siglo XX. Se hizo merecedor de premios como la Medalla de Oro AIA, la Medalla de Oro Real otorgada por el Royal Institute of British Architects y la Medalla Presidencial de la Libertad concedida por el Presidente de los Estados Unidos.

DIDI CONTRACTOR (1929)

DIDI CONTRACTOR

Es una artista y arquitecta germanoestadounidense, nacida en estados unidos en 1929 bajo el nombre de Delia Kinzinger y cuyas inclinaciones artísticas fueron heredadas de sus padres, pintores expresionistas de los años 30 relacionados con la Bauhaus. Didi, quien estudió artes plásticas en la Universidad de Colorado, fue decantándose por la arquitectura (la que luego constituiría su mayor sueño), después de leer sobre el trabajo de Frank Lloyd Wright y de visitar, junto a sus padres, algunas de sus obras. Con sus conocimientos de arte como base, Contractor dio un giro a su trabajo para aprender acerca del comportamiento de algunos materiales como la arcilla, el bambú, la pizarra y las piedras de río, los que serían constantes a lo largo de toda su trayectoria.

Su estilo arquitectónico muestra el respeto por la naturaleza y la armonía entre sus edificaciones y el paisaje que las rodea. En sus propias palabras “me imagino un edificio creciendo, como una planta, dentro de un paisaje. El paisajismo es realmente una clave para casar la tierra con el edificio”.

Didi se ha enfocado en trabajar con materiales propios de la zona de construcción y respetando los ciclos naturales de la tierra para no alterar de ninguna forma el medio en el que opera. También se desarrolló en el arte de manejar de la luz natural y la forma en que esta baña el interior de sus obras, al punto de convertirla en el alma de su trabajo.

Su trayectoria la ha hecho merecedora del primer premio ‘Wade Asia Lifetime Achievement Award´ en 2017, por su trayectoria y fue reseñada por la revista Surfaces Reporter en marzo de 2018, a propósito del documental ‘Marrying the Earth to the building’ que narra su vida y su trabajo en el campo de la arquitectura.

LOUIS SULLIVAN (18561924)

LOUIS SULLIVAN
“La forma siempre sigue a la función”.

Con solo un año y medio de educación formal, entre el MIT y la Escuela de Bellas Artes de París, es considerado el padre de los rascacielos. Luego de abandonar sus estudios académicos, continuó formándose con dos grandes profesores: el arquitecto Frank Furness en Filadelfia y el arquitecto e ingeniero William Le Baron Jenney, profesional destacado en la creación de la Escuela de Arquitectura de Chicago.

En 1879 se une a la firma Dankmar Adler, con la que produjo, junto a ese equipo y durante catorce años, más de cien edificios con un estilo tan moderno como ornamentado. Muestras de ese trabajo son el Wainwright en St. Louis, MO y el Edificio Guaranty en Buffalo, Nueva York.

Mientras su nombre iba ganando cada vez más admiración y respeto, Sullivan se concentraba en asentar sus teorías y aportes, dejándonos un importante bagaje de conocimientos recogidos en varios libros. Entre ellos La autobiografía de una idea y Un sistema de ornamento arquitectónico; además de acuñar la famosa frase (casi un mantra): “la forma siempre sigue a la función”.

Así resumía Sullivan la educación formal y sistemática… “Cuán extraño parece que la educación, en la práctica, tan a menudo significa supresión: que en lugar de dirigir la mente hacia afuera a la luz del día, aglomera cosas que la oscurecen y la fatigan”. Dejando claras sus motivaciones para abandonar la academia.

Louis recibió, en una ceremonia póstuma, la Medalla de Oro de la AIA (American Institute of Architects) en reconocimiento a su innegables avances y aportes al estudio del diseño y de la construcción.

Aunque existen muchas formas de ejercer la arquitectura, lo que hoy hemos querido repensar tiene más que ver con la relación entre el método de aprendizaje, la forma en la que es aprendida la arquitectura, y la capacidad de producir obras y contenidos de arquitectura de indudable valor. 

Estos grandes maestros, no solo rompieron paradigmas a partir de su concepción del diseño, sino también a través del método por el que lograron convertirse en respetados arquitectos.

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