La arquitectura es un arte y, como todas las artes, antropocentrista. Por lo tanto, sea cual sea el ámbito en el que actúe, prevalece siempre su visión, la de la persona humana por encima de cualquier otra, pues se trata de su creación y parte de su propia condición. 

Así, el ser humano constituye para las arquitectura el sujeto y el objeto, pues surge a partir de su perspectiva del mundo, buscando moldear el entorno en función de sus ideas y en favor de sus necesidades, siendo al mismo tiempo el autor y la meta.

La representación humana en el diseño arquitectónico es el recurso que permite al observador identificarse dentro del espacio planteado, calcular sus dimensiones e imaginar su desenvolvimiento dentro de este…  Un referente tan importante como señalar el Norte.

Modelar el espacio es proponer nuevas dinámicas, modificar conductas, es sugerir otras maneras de interactuar con el entorno, plantear una forma de comunicación entre el espacio y sus usuarios y es aquí donde la figura humana actúa como catalizador de la comunicación entre el proyecto y sus usuarios.

La persona: no solo un referente

La visualización en 3D de un proyecto sin figuras antropomórficas nos recuerda a la serie Pinturas abandonadas de Bence Hajdu, en la que la artista ha removido digitalmente a las formas humanas, mostrando espacios inertes que destacan la insignificancia de los escenarios ausentes de actividad. Los renders estáticos, sin personas ni actividad, parecen sugerir mundos distópicos, quizá post apocalípticos, creados a sí mismos, en completa omisión de vida humana.

El arquitecto danés Jan Gehl, autor de los libros Ciudades para personas, La humanización del espacio urbano y Cómo estudiar la vida pública, a quien se le atribuye la transformación de Copenhague en una de las ciudades más amigables del mundo, afirma que la arquitectura trata del espacio existente entre edificios y no sobre sus formas, asomando la naturaleza humanista de la arquitectura, mientras se distancia del diseño que prioriza la forma por encima de su función.

“La arquitectura es la interacción entre la forma y la vida. Y la arquitectura solo es buena si esta interacción funciona. Lo mismo ocurre con las ciudades. No se trata de edificios y calles, sino de la interacción entre la vida y el entorno físico”.

Más allá de constituir un referente, la forma humana agrega valor a la visualización, permitiendo a los observadores conectar con el espacio en el plano imaginario, recrear su interacción con el edificio y empatizar con él. Incluso en el dibujo, antecedente del render como herramienta de proyección arquitectónica, los bocetos humanos buscaban promover dicha conexión.

¿Con o sin humanos?

La visualización 3D tiene importantes ventajas sobre la fotografía pues traslada al usuario a escenarios futuros mostrándole a detalle y con gran precisión una realidad que aún no sucede. Sin embargo, la fotografía sigue siendo una aspiración para el modelado 3D y una inspiración para los arquitectos.

Los primeros registros fotográficos muestran escenas estáticas, dados los largos periodos de exposición que limitaban la captura de situaciones en movimiento. La fotografía parecía entonces ideal para mostrar la arquitectura; el foco estaba en las formas y prescindir de los humanos, más que una elección, era la regla.

Los avances de la fotografía posteriormente permitieron imágenes arquitectónicas habitadas. 11.000 viviendas construidas y vendidas entre 1949 y 1966 en California, por el promotor inmobiliario Joseph Eichler, bajo el lema “Diseñadas para vivir mejor” fueron mostradas apropiadamente habitadas en sus campañas publicitarias para ser capaces de transmitir situaciones cotidianas congruentes con la misión de sus proyectos.

El programa de Case Study Houses, que contaba con la participación de los renombrados arquitectos Richard Neutra, Raphael Soriano, Craig Ellwood, Charles y Ray Eames, Pierre Koenig, empleaba una estrategia similar, la de la humanización de su narrativa, con la que buscaba borrar los malestares de la posguerra y mejorar el estilo de vida de la clase media.

Los años han afianzado la alianza entre la fotografía y la arquitectura, hasta llegar a elogiarse. Y, aunque el resultado de esta simbiosis pueda ser estéticamente impresionante, en ocasiones llega a desligarse de su objetivo final: las personas. Una fotografía que enseña un proyecto sin los usuarios es una imagen descontextualizada. Puede que la fotografía arquitectónica, en este raro afán por omitir a los humanos, haya llevado a algunos arquitectos y modeladores 3D a copiar dicha tendencia.

Frente a esto vale la pena cuestionarnos la verdadera función del render como instrumento de interpretación y comunicación arquitectónicas y de la misma arquitectura, antes de dar por terminado el modelado 3D de un proyecto.

Consejos para agregar figuras humanas a tus renders

El render es una forma de narrar la arquitectura y como lenguaje busca comunicar los atributos de un proyecto, mostrar el contexto, acentuar los beneficios del diseño y transmitir sus ventajas en el contexto urbano y social. Incluye humanos en tus renders y haz más efectiva la comunicación entre tu proyecto y sus futuros usuarios.

• Asegúrate de representar a todos los públicos de tu futura construcción. Ellos necesitarán verse reflejados para poder imaginarse en el lugar.

• Recrea escenas que, además de tipificar a sus usuarios finales, los involucren con el proyecto, mostrando las posibilidades con las que contará al interactuar con él. 

• Recuerda que la silueta humana da escala al proyecto: vigila que el tamaño de los humanos guarde las proporciones adecuadas, de acuerdo a los objetos que lo rodean.

• Las luces y sombras que bañan al proyecto en el render también lo harán con los volúmenes humanos. Cuida estos detalles y sumerge a las personas en tu render dentro de la atmósfera creada por formas y luces.

• Muestra situaciones que reafirmen la filosofía del proyecto y cuya imagen final pueda ser aprovechada por el equipo de marketing y los diferentes canales de comunicación con los que pretendes llegar a tus públicos.

• Aunque los bancos de imágenes y recursos para renders son una excelente alternativa, algunas oficinas de arquitectura prefieren usar modelos reales a los que fotografían en estudios, en distintas poses bajo una iluminación semejante al lugar que ocuparán posteriormente en el render.

• Los renders de proyectos como recintos para eventos, estadios, teatros o salas de conciertos se benefician especialmente del uso de conjuntos humanos, para mostrar su funcionamiento a aforo lleno, como se espera que luzcan en pleno funcionamiento. Haz que tu proyecto transmita la experiencia como si tu usuario estuviera presente.

• Prefiere siluetas y figuras humanas sólidas a las formas de personas transparentes que poco favorecen a tus renders, dándoles un aspecto fantasmal.

La ausencia de vida humana en los renders arquitectónicos llevan consigo un metamensaje del que vale la pena cuidarnos si la intención es mostrar y vender un proyecto. Un render ausente de personas tiende a ser el reflejo de una arquitectura que relega a un segundo o tercer plano a sus usuarios, quienes finalmente toman la decisión de habitar o visitar el espacio.

Las imágenes humanas invitan a formar parte de la escena. Sin ellas, la arquitectura es básicamente una escultura.