Mientras el sector construcción vive uno de sus más inciertos períodos, los desarrolladores inmobiliarios asumen el reto de ajustar sus proyectos en marcha, a la par que intentan avizorar las oportunidades que se abren, a partir de la nueva realidad.

Carlos Ruiz, Abogado de profesión, es el responsable de haber liderado por más de una década, una empresa que ha transformado la construcción de viviendas en Antioquia; Grupo Ciudadela. Pioneros en el diseño de ambiciosos proyectos en el occidente de la región, hoy los desarrollos con su sello, son una referencia obligatoria para el sector en todo el departamento.

El inquieto Gerente que, hace solo meses caminaba a toda prisa por los pasillos de las oficinas de Grupo Ciudadela, hoy conversa con nosotros caminando alrededor del jardín de su casa, con su móvil en mano, tratando de predecir con el mismo atino que en el pasado, el futuro de la construcción en Colombia.

¿Cómo ha impactado la pandemia en la mentalidad de los desarrolladores inmobiliarios?

Quizá los efectos más notorios surgen a partir de modificar el ritmo diario de trabajo al que estábamos sometidos. Pasamos de un paso desenfrenado a uno más reflexivo. El aislamiento nos ha permitido pensar, observar, y evaluar nuestros proyectos y el mercado con más detenimiento. Esto deriva en decisiones más cautelosas, con más información y con la suficiente reflexión que todo período de dificultades amerita.

¿Cuál debe ser el compromiso de los desarrolladores inmobiliarios en este momento? 

Cumplir con su palabra. El mercado hoy necesita sentir confianza y los desarrolladores debemos poder sacar adelante los proyectos en construcción. Incluso si las rentabilidades se ven afectadas, como seguro será. Estoy convencido de que los compradores van a mirar eso, y no solo quienes compran hoy, sino quienes mañana seguirán depositando su confianza en nuestras empresas.

Quien entra al terreno del negocio inmobiliario, debe pensar en esto como una carrera larga, en la que solo la confianza del público permite trascender en el tiempo.

En este momento, nuestro compromiso debe enfocarse en hacer posibles los proyectos en marcha.

¿Y aquellos que se encuentran en pre venta?

De igual manera salir adelante, pero entendiendo que estos dependerán de muchas variables, entre ellas el mercado mismo, la sensación de estabilidad económica que los compradores puedan conseguir, los estímulos de la banca y las políticas que el gobierno adopte. 

De seguro aquellos proyectos en pre venta tendrán que ajustarse a la demanda real del mercado, que aún estamos entendiendo.

¿Cómo el COVID-19 impacta la realidad del mercado inmobiliario?

Las familias no van a dejar de necesitar vivienda, esa es una realidad concreta. Pero sin duda sus preferencias pueden verse afectadas por estos tiempos sin precedentes. Las personas, aisladas en casa han tenido tiempo para preguntarse realmente cómo quieren vivir, cómo quieren que sean sus hogares. 

La capacidad de continuar siendo exitosos como desarrolladores inmobiliarios, dependerá en gran medida, de la habilidad que tengamos a la hora de interpretar la evolución de deseos de los compradores. 

¿Qué nuevas tendencias puede prever que se deriven de la pandemia?

Podría presumir que existirá una mayor tendencia a valorar positivamente los proyectos en zonas más alejadas de las congestionadas ciudades y las grandes concentraciones urbanas. De la misma forma que quizá ganen terreno los espacios abiertos. Creo que si bien es una tendencia que viene creciendo desde antes de la pandemia, se acelera la idea de que los hogares deben ser capaces de ofrecer calidad de vida con una infraestructura completa y, no solo brindar el espacio para atender necesidades básicas como dormir, cocinar y ver la televisión.

Los desarrolladores inmobiliarios debemos estar atentos y diseñar nuevos productos sobre la base de nuevas necesidades.

Además de los deseos del mercado, ¿qué más ha cambiado la pandemia?

La relación con el cliente ha tenido que replantearse. Es interesante pero, a la vez que vemos que el comprador se aleja físicamente, se acerca por otros medios. La virtualidad hoy elimina las distancias y nos brinda inmediatez para recibir opiniones, desdibuja barreras y coloca la asesoría comercial en las manos de los compradores. Canales que, aunque existían, han venido acelerando su penetración exponencialmente en los últimos meses y, obligándonos a entender el proceso de comunicación como algo más dinámico y ágil.

A quienes estaban a medio camino con la virtualidad, les tocó desatrasarse e implementar medidas intensivas para comprender cómo relacionarse de una manera diferente con el mercado. Quienes ya habían creado canales digitales, encontraron ventajas competitivas en un período en el que pocos han sido hábiles para sostener la conversación virtual con su audiencia.

¿Cree que el universo digital y la virtualidad serán la vía predilecta para mantener esa conversación?

Sin duda alguna. No solo por los cambios en la conducta del mercado, sino porque incluso las mismas políticas de gobierno nos empujan a ello. Un ejemplo básico es que el nuevo protocolo sanitario para las salas de venta, que excluye la posibilidad de entregar material físico como un brochure o un volante. Esto no es otra cosa que un llamado claro a entender la virtualidad como el camino a seguir y, para ello es importante entender que se requieren nuevas inversiones que nos permitan mantenernos a la vanguardia. 

¿Qué papel jugará el Estado en la recuperación del sector?

Entendiendo que el sector construcción es el primer empleador del país, el gobierno ha respondido con medidas que facilitan la adquisición de la vivienda de interés social y clase media, como los subsidios. Estos incentivos son claros aportes al reimpulso del sector desde la mirada del mercado. De seguro vendrán nuevas medidas en el mediano y largo plazo de cara también a los diferentes actores que hacen posible la construcción.

¿Cómo visualiza el sector inmobiliario en Colombia en el mediano plazo?

Unido, fuerte, creciendo a partir de innovadoras propuestas. La dificultad que atravesamos no es de uno ni de dos, es de todo el gremio Así que puedo prever que las soluciones que nos empujen adelante hacia la recuperación, también vengan del esfuerzo mancomunado de los promotores y constructores, de la banca, de las asociaciones, todos trabajando con el apoyo del Estado.

Visualizo que habrá un esfuerzo concertado para mantener el dinámico crecimiento que trae la construcción. Trabajar de forma articulada nos permitirá construir no solo hogares sino estabilidad y prosperidad para todo el país.