Entrevista al fotógrafo Tirone García

Las fotografías arquitectónicas gozan de un atractivo especial que hipnotiza. La estética que reina en ellas es de una pureza y un magnetismo tal que nos invita a contemplarlas con curiosidad y admiración en iguales proporciones. La mágica atmósfera que las envuelve y esa aura de elegancia que evocan también nos hace preguntarnos por el artista, el ojo y el pincel detrás de estas obras que tienen por protagonistas construcciones de concreto.

Conversamos vía nota de voz con Tirone Garcia, fotógrafo de 42 años, los últimos dieciocho dedicados al registro fotográfico arquitectónico. Nacido en Caracas (pero criado en Calabozo; Venezuela, como él mismo aclara), Tirone empezó una carrera de ingeniería, que luego cambió por el diseño industrial, en busca de su verdadera vocación. Egresó del Instituto de Diseño de Valencia (Venezuela) como diseñador industrial, título que ejerció brevemente, hasta dejarse atrapar por la fotografía, pocos meses después de empezar en su segundo trabajo, en la misma empresa para la que laboraba.

Los estudios de ingeniería y diseño abonaron sus criterios de composición, que luego implementaría en sus trabajos fotográficos, afirma; y su estilo refinado para retratar espacios y construcciones así lo evidencian.

RUPTIVA: ¿Cómo empieza tu carrera de fotógrafo de arquitectura? ¿Cuál fue el primer proyecto con el que dijiste “así comenzó en serio mi carrera como fotógrafo de arquitectura?

TIRONE GARCÍA: Yo comencé como diseñador industrial en Venezuela. A los meses de mi segundo trabajo, también como diseñador, me pasaron a un estudio de fotografía “in-house” que tenía la misma empresa para la que trabajaba y en ese espacio le dediqué muchas horas al análisis y el aprendizaje del oficio de la fotografía, cosa que disfrutaba mucho, y entre el aprendizaje y el ejercicio entendí que era algo de lo que podía vivir y algo que yo iba a disfrutar mucho. De ese trabajo salieron retos comerciales muy interesantes, entre ellos la última campaña del famoso cantante venezolano Simón Díaz (✝) llamada “Ayudando a construir hogares”, en la que me encargué de realizar las tomas de dicha campaña. Ese fue el inicio; luego empiezo a trabajar en el Grupo Capuy, empresa que representaba marcas de mobiliario como MDF, Cassina, Abstracta, BoConcept y comienzo a hacer producciones fotográficas para estas marcas. De esa manera inicia mi experiencia como fotógrafo de interiorismo y del espacio con el mobiliario.

Luego llegaron proyectos como el hotel Marriot de Playa Grande, en La Guaira, estado Vargas, cuyo arquitecto estaba vinculado con la empresa donde trabajaba, el Grupo Capuy. Las publicidades con mis fotografías empezaron a aparecer en revistas como Ocean Drive, Revista P&M, Forbes y Dinero; mi trabajo fue ganando exposición hasta llegar a Deco News, una de las editoriales más importantes del país, de la cual me llamaron para hacer trabajos en conjunto. Con ellos conocí a los arquitectos más destacados del momento en Venezuela y empezaron a fluir numerosos proyectos, lo cual me emocionó e hizo darme cuenta de que este era mi camino profesional.

RPTV: ¿Por qué fotografiar edificios y por qué crees que la arquitectura merece ser fotografiada?

TG: Cuando fotografío edificios puedo ser yo mismo, sin presiones, soy libre de tomar mis propias decisiones sobre el curso del proyecto, el tiempo, la luz, los encuadres que más favorecen al edificio. Un espacio se comporta de diferentes maneras a distintas horas del día y para saberlo explotar debo tomarme mi tiempo para decidir. Esa sensación que dan las líneas cuando uno las observa, la forma en que convergen entre sí, la perspectiva, ese cosquilleo del juego de las formas conjugándose con la luz fueron determinantes a la hora de inclinarme por la fotografía arquitectónica.

Por otra parte, la fotografía es el registro de nuestro comportamiento como seres humanos, nuestros cambios como sociedades. En el caso de la fotografía arquitectónica, en ella se registra nuestra forma de vivir e interactuar entre nosotros y con el espacio; es nuestra historia y nuestro patrimonio y por eso merece ser enaltecida. En ella se reflejan las transformaciones de nuestra sociedad.

RPTV: ¿Qué buscas expresar cuando fotografías una construcción o el interior de un espacio determinado?

TG: Se dice que la arquitectura comienza a ser arquitectura cuando el ser humano participa en ella; por eso busco plasmar esa interacción del individuo con la construcción. Trato de captar el sentir del arquitecto, esa idea que tuvo a la hora de concebir el proyecto. Permanecer muchas horas en un proyecto, analizando la luz, las sombras, sus líneas, me permiten comprenderlo como un ente y distinguir el momento del día en el que este se encuentra más vivo y, cuando esto sucede, siento que el espacio me está dando la oportunidad de documentarlo como se merece.

RPTV: ¿Qué es lo más difícil de fotografiar edificios y objetos inanimados?

TG: Para mí cada proyecto tiene su reto. En cada proyecto es importante la ubicación, la orientación hacia la puesta del sol, su cara principal, conocer la interacción de la luz y el espacio. Muchas veces no se cuenta con las condiciones climáticas o de iluminación indicadas y eso constituye un desafío frente al que tienes que ingeniártelas para lograr transmitir el espíritu del edificio y enaltecerlo en esas condiciones. Toca jugar con las condiciones disponibles para representar la construcción.

RPTV: ¿Se pueden expresar emociones con un objeto rígido como un edificio?

TG: Sí es posible expresar emociones, todo depende de los ángulos. Una toma desde abajo del edificio, desde la calle, puede enaltecer la obra y producir la sensación de grandeza y predominancia. Se pueden generar sensaciones lúgubres, produciendo alto contraste en una de las caras de un edificio, con el sol a contraluz, o la ilusión de mucha energía al retratar el mismo edificio bañado con la luz de la primera hora de la mañana. Se trata de jugar con las condiciones y las herramientas que tengamos disponibles para lograr transmitir la emoción correcta. Los ángulos son clave, uno puede desfavorecer la imagen de un edificio y generar sensaciones erradas si no se le hace el encuadre adecuado, si no se tiene el conocimiento para mostrar su mejor cara.

RPTV: ¿Cómo sabes que ya capturaste el espíritu de un edificio? ¿Qué te indica que finalmente lograste capturar el espíritu de un edificio?

TG: Lo sé cuando siento dentro de mí una armonía indescriptible al ver la imagen. Al mirar la toma definitiva en el visor de la cámara, siento paz, me siento conforme. Muchas veces hago toma tras toma sin llegar sentirme satisfecho, entonces no paro hasta que finalmente capturo una imagen que conjuga a la perfección la luz y las formas del edificio, que me indican, a través de una sensación de tranquilidad, que lo he logrado.

RPTV: ¿Qué necesitas saber del edificio o de la construcción antes de fotografiarlos?

TG: Me gusta conversar con el arquitecto y saber sus intenciones a la hora de diseñar el proyecto, qué lo impulsó a generarlo, más allá de las intenciones del cliente. Cuando el trabajo me llama lejos de donde me encuentro, es preciso, por razones de tiempo y logística, poder ver antes referencias del proyecto. Para mí es clave conocer qué rodea al proyecto, saber si el entorno es urbano o natural, si se encuentra en un área privilegiada… y conforme a estos datos puedo presumir la hora más adecuada para fotografiarlo e imaginar sus ángulos más favorables, aunque es frente al espacio o la construcción que finalmente decido el mejor ángulo y encuadre para enaltecer la obra.

RPTV: ¿En qué se diferencia la fotografía comercial de la fotografía artística arquitectónica?

TG: Yo siento que la fotografía de arquitectura tiene un poco de ambas cosas. Cuando te orientas hacia lo comercial, buscas resaltar los aspectos que al cliente le interesa destacar. Aunque se trata de un espacio, busco retratar la interacción de lo que se quiere resaltar con el espacio en el que se encuentra. Si el cliente es un proveedor de vidrios, busco destacar el material, encontrar el momento perfecto para mostrarlo, pero también representarlo en interacción con el entorno. En la fotografía arquitectónica artística uno busca los detalles, los encuadres que no necesariamente muestra la edificación en su totalidad; prefiero los detalles y las tomas cerradas que puede dejar mucho más a la imaginación. En la fotografía arquitectónica comercial prevalece la intención del cliente, en la artística, la del fotógrafo. Sin embargo, en la fotografía arquitectónica en general es posible unir en diferentes proporciones los atributos de una y otra, tanto de la comercial como la artística, teniendo clara la intención del trabajo.

RPTV: ¿Cuáles han sido tus referentes durante tu desempeño como fotógrafo de arquitectura? ¿Quiénes son los fotógrafos con los que te has inspirado para desarrollar tu propio estilo?

TG: Mi mayor referente, en principio, ha sido la observación; observar todo y observar mucho. Con el pasar de los años me he encontrado con fotógrafos que hacen trabajos que admiro entre los que puedo nombrar a Mike Kelley, Ema Peter y Fernando Guerra. Uno va viendo sus trabajos y de alguna manera recibe la influencia; sin embargo, la mejor forma de aprender fotografía y desarrollar su propio estilo es a través de la fotografía misma, del día a día como fotógrafo; de las horas que le inviertas a hacer fotografías. Para mí el proceso de aprendizaje es eterno, siempre estoy aprendiendo. En ocasiones miro trabajos que realicé hace algunos años y lo cuestiono, me digo “pude haber hecho esto” o “lo habría resuelto de esta otra manera”. Incluso toca aprender constantemente sobre las nuevas tecnologías en fotografía que ofrecen soluciones que antes resolvíamos en la edición, lentes que traen correctores incorporados, mejores sensores, cámaras con mayor rango dinámico, lo cual es clave a la hora de documentar un espacio.

RPTV: El render y la fotografía, ¿son amigos o enemigos?

TG: Para nada enemigos. El render viene a representar lo que va a existir, nos muestra lo que viene, ayuda a imaginar eso y a crear una sensación de lo que puede ser. La fotografía arquitectónica representa lo real, lo existente. No creo que choquen ni estoy en contra de los renders, me parecen fascinantes.

RPTV: ¿Qué tiene una fotografía que no tiene un render? ¿Qué puede transmitir una fotografía que no logra comunicar un render?

TG: Definitivamente lo real. El tratamiento de la luz, las texturas que esta provoca y las irregularidades en las superficies son detalles que constituyen la piedra de tranca de los renders al momento de reproducir con naturalidad la realidad, aun cuando hoy en día han mejorado mucho la representación de la iluminación sobre los objetos del modelado 3D.
RPTV: Y por último, ¿qué actividades, fuera de la fotografía, llevas a cabo para alimementar tu capacidad de crear?

TG: Disfruto muchísimo practicar mountain bike. Practiqué por mucho tiempo en Venezuela esta actividad y ahora la practico acá en Panamá e incluí en mi rutina el ciclismo de ruta. Practico ambas disciplinas y las disfruto muchísimo, sobre todo el ciclismo de montaña que me permite ver otros paisajes y descansar un poco la vista.