Para competir, es necesario destacarse. Sin un elemento diferenciador, alguna característica que nos haga visibles, conquistar la preferencia del público puede ser una tarea cuesta arriba con tendencia a lo imposible. El número de proyectos sigue en aumento, haciendo del mercado inmobiliario una carrera con cada vez más competidores y, por lo tanto, un mayor número de contrincantes sobre los que destacarse.
La idea del edificio como un simple conjunto de espacios apiñados bajo cierta uniformidad ha quedado relegada al pasado. Hoy los usuarios demandan espacios con algo más que ofrecer, con elementos tanto utilitarios como simbólicos e ideológicos que los haga sentirse conectados, donde se vean reflejados, tomados en cuenta, identificados.
Pero no basta con tener un concepto. Para destacar entre tantos proyectos se hace imprescindible transmitirlo y conectar emocionalmente con su nicho si queremos influir en sus decisiones de compra.
Antes del branding, el concepto
Hablamos del conjunto de atributos que deben modelar al proyecto y no de características meramente accesorias que se añaden al final del diseño para justificar un nombre, un lema y un logotipo. Hablamos de proyectos que nacen a partir de un concepto diferenciador que los atraviesa desde el trazado de las primeras líneas, hasta la elección de los materiales, su construcción y finalmente su comercialización, donde el branding inmobiliario toma el concepto, para darle forma, tono y personalidad, acorde con el público y las funcionalidades para el que ha sido diseñado el proyecto.
El concepto es el punto de arranque del proyecto y por lo tanto es el fundamento para el diseño de su identidad, del branding y de todas las herramientas de comercialización. Se trata de proveer a nuestros nichos de ese valor adicional que sobrepasa las necesidades y que queda grabado en sus mentes de forma latente, trabajando silenciosamente, alimentando su interés de compra.
Branding inmobiliario
El branding toma el concepto de un proyecto en sus manos para darle forma, adecuarlo a su target y proveerlo del carácter y la personalidad que facilite su comunicación. La estrategia de marca de un proyecto consiste en la orquestación de cada uno de los elementos, tangibles e intangibles, que buscan crear la percepción adecuada del proyecto, conforme a su nicho en el mercado y a las propuestas de valor que lo hacen diferenciable.
El branding es la construcción de la personalidad alrededor del diseño del proyecto, empleando elementos que la refuercen y faciliten su recordación y preferencia en los segmentos de mercado a los que se dirige. Es la oportunidad de construir una reputación favorable y de alcanzar la preferencia en el mercado con base a sus ventajas competitivas y su poder diferenciador.
¿Qué beneficios ofrece el branding inmobiliario para tu proyecto?
El branding inmobiliario nos permite controlar y dirigir la reputación de nuestra marca; sin él cualquier proyecto quedará a la deriva en un mar de infinitas opciones donde puede ser difícil destacarse y, aún más, ser elegido.
Implementar una estrategia de branding adecuada para tu proyecto inmobiliario te brindará los siguientes beneficios:
- Visibilidad: Al destacar el concepto único del proyecto y sus elementos diferenciadores, el branding es la oportunidad de resaltar y ganar visibilidad entre muchos proyectos similares.
- Mayores ventas: En la medida en que tu proyecto tenga mayor diferenciación y exposición, aumentarán las oportunidades de compra. Diferenciarte a través de una estrategia de branding pondrá a tu proyecto en la mira de su nicho, incrementando los prospectos y las opciones de compra.
- Reputación: La estrategia de branding es esencialmente comunicacional. Con ella se busca transmitir el concepto global del proyecto, los vínculos con su segmento de mercado, y los valores que permitan reforzar el prestigio de la marca. Cada interacción con sus públicos constituye la oportunidad de modelar la percepción de su nombre y de alimentar su reputación.
- Reducir gastos en publicidad: El branding inmobiliario apunta directo a su nicho pues su concepto ya ha definido los segmentos del mercado a los que debe dirigirse, permitiendo mejorar la eficiencia de sus estrategias y evitando gastos innecesarios en públicos que están fuera del target del proyecto.
Ahora, ¿qué elementos componen el branding de tu proyecto?
Dijimos que el punto de partida sería el concepto, esa definición que da forma y marca el camino en todas las áreas de diseño involucradas en la creación del proyecto. Con esto claro, definir cada una de sus partes y etapas será mucho más sencillo.
- Personalidad: Son los rasgos que conforman la esencia del proyecto y se desprenden de su ADN. Definir la personalidad de un proyecto inmobiliario le permitirá establecer afinidad con su target, puntos de conexión en los que sus públicos se vean reflejados y les permita establecer empatía. Son valores compartidos que fortalecen el vínculo con el público específico al que la marca dirige sus esfuerzos y que se convierte en guía para la toma de decisiones de la marca.
- Voz de la marca: Es el atributo que le permite a tu marca permear con mayor naturalidad tu target al definir el lenguaje, el tono y la jerga con la que establecerá el diálogo con su audiencia. Son los códigos lingüísticos sobre los que se da la comunicación y sobre los que se apoyará para mantenerse en sintonía con su público. La voz de la marca es la adecuación del lenguaje conforme a su audiencia.
- Naming: Es el nombre del proyecto, el término que sintetiza la totalidad del concepto y lo representa visual y acústicamente. Debe ser claro, de fácil recordación y evocar los valores de la marca.
- Identidad visual: Son los elementos gráficos que acompañan y dan forma al nombre y definen los atributos visuales de la marca. Es el conjunto de formas, tipografías, colores y estilo de diagramación que determinan su presencia. Incluye el logotipo y todas sus versiones permitidas y aplicaciones, además del claim o el eslogan que lo acompaña.
Por último… Incluye el branding de la ubicación para que la estrategia esté completa
Aunque el branding de un proyecto inmobiliario se centra (como es natural) en destacar el concepto, las virtudes y los beneficios competitivos de una propiedad, la estrategia de posicionamiento debe tener en cuenta su ubicación, pues los futuros compradores del proyecto no solo están adquiriendo una propiedad, además están accediendo a formar parte de una comunidad con una serie de particularidades que podrían ser determinantes al momento de decidirse por la compra del inmueble.
Para los potenciales compradores de un proyecto, el clima, los paisajes, su cercanía a sitios de conveniencia (como escuelas, centros comerciales, parques y hospitales) pueden ser de suma importancia, sin embargo aspectos como la seguridad física y jurídica del lugar, su infraestructura y su cercanía a lugares de interés serían claves a la hora de tomar la decisión.
El proceso de vender una propiedad busca influir en la decisión de compra, resaltando tanto los atributos inherentes al proyecto como los del lugar en el que se encuentra, pues ambos constituyen una realidad indivisible. Las ventajas de tu propiedad podrían verse opacadas si la percepción de su ubicación no es tan atractiva como el proyecto. No es posible adquirir una propiedad, excluyendo el espacio en el que fue construida. Al menos no por ahora.
El branding inmobiliario es la estrategia que dota a los proyectos de atributos emocionales capaces de conectar con su público para facilitar la comunicación y la transmisión de su identidad, sus ventajas y del valor diferencial que lo hace único y apetecible. Sin estrategia de marca, tu edificio será una construcción sin un propósito sólido, desconectado de su público objetivo y con pocas probabilidades de ser el preferido de su público meta.
Construye una estrategia que comunique con claridad los atributos de tu marca y dale a tu audiencia razones para preferirte.
Prepara tu proyecto para competir y ganar.
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