El diseño de un restaurante es la confección de un establecimiento en el cual poder brindar una experiencia grata y memorable, que despierte en los usuarios el deseo de repetirla. Se trata de la creación de una experiencia placentera que seduzca, convenza y transforme a los clientes en embajadores de la marca, a modo de hacer el negocio sostenible, más allá de las promesas publicitarias.

Sin embargo, es común ver dueños de restaurantes que, enfocados solo en un estilo y, sin contar con la asesoría adecuada, pasan por alto algunos detalles que repercuten de manera directa en la experiencia de sus clientes, transmitiendo con dificultad el ambiente armonioso que se plantearon con el nacimiento del proyecto.

A continuación, presentamos una lista con los 10 errores más comunes al momento de diseñar un restaurant y 10 oportunidades de alcanzar el éxito atendiéndolos.

1. DISTRIBUCIÓN POCO CLARA

Un espacio difícil de transitar entorpecerá el correcto flujo tanto del personal de servicio del restaurante como el de sus usuarios, incluso si hablamos de un local de grandes dimensiones.

Una mala distribución puede transformar tu restaurante en un perfecto caos en sus horas de mayor afluencia; por eso la distribución de las áreas y el mobiliario del restaurante debe hacerse tomando en cuenta los momentos de mayor demanda u horas punta del local.

Es un error común saturar los espacios con muchas mesas y sillas con la idea de atender el mayor número de comensales posibles, pasando por alto el conjunto de la experiencia del cliente, quienes, en ambientes muy copados y de engorrosa circulación, tienden a sentirse atrapados y abrumados.

Por otro lado, el espacio excesivo, con mesas muy amplias y sillas muy separadas pueden producir la sensación de desconexión y diluir la atmósfera que tu local busca recrear para sus clientes.

Otro error de configuración consiste en situar mesas en zonas de alto tráfico como entradas a los baños, cerca de la administración o de la cocina del restaurante.

Lo ideal es crear un espacio funcional de buena circulación, sin elementos innecesarios, y espacios adecuados para garantizar la comodidad de tus visitantes.

2. FACHADAS DESGASTADAS

El exterior de tu local es su cara y si esta luce deteriorada, descuidada o “cansada”, poco motivará a sus potenciales clientes a entrar y querer vivir una experiencia que desde el principio no pinta bien. La entrada de un restaurante es una invitación, una extensión del concepto interior y debe reflejar o “dar a probar” lo que los usuarios encontrarán en su interior.

La luz solar deteriora los colores de la fachada y el polvo y la suciedad pueden hacerla lucir opaca. Es importante el mantenimiento adecuado, retoques de pintura cada vez que sean necesarios y una correcta limpieza para conservar el aspecto prolijo de la fachada, del mismo modo que el chef cuida la estética de sus platos.

La acera, las luces y las plantas que forman parte de la entrada y de la decoración también merecen atención. Las aceras con grietas, huecos o desniveles pueden ser pésimos anfitriones y provocar tropiezos que den inicio a una mala experiencia. Las bombillas quemadas o parpadeantes deben ser reemplazadas cuanto antes y la iluminación del exterior debe ser lo suficientemente brillante como para atraer la atención de los transeúntes. Las plantas que adornan el camino hacia el interior del local deben lucir cuidadas, saludables y sin hojas secas que las afeen. Conviene que las plantas que has decidido tener en tu restaurante permita el fácil tránsito dentro y fuera del local.

3. FALTA DE SEÑALIZACIÓN

Como la buena distribución de las áreas y el mobiliario, una buena señalización favorecerá notablemente el buen desenvolvimiento del personal y el acceso oportuno a las distintas instalaciones del restaurante por parte de su clientela. No contar con la señalética apropiada para identificar vías de escape, la ruta hacia las instalaciones sanitarias, el área administrativa, extintores y cada una de las parte que conforman el restaurante puede repercutir de forma negativa en la experiencia del usuario.

El restaurante debe transmitir comodidad y la permanencia en su interior ha de ser amigable. La organización y señalización adecuada y clara de sus espacios crean un ambiente de fácil recordación con el que los clientes lograrán familiarizarse rápidamente, con lo cual aumentan las probabilidades de desarrollar sentido de pertenencia.

4. MOBILIARIO Y MATERIALES INADECUADOS

La mayor parte de la experiencia de un restaurant se vive desde su mobiliario y a través de los materiales de sus instalaciones, por eso, aunque sus platos sean una verdadera delicia, será difícil que los clientes los disfruten si las sillas, las mesas y los accesorios en general no ofrecen la comodidad que el cliente necesita para disfrutarlos.

Aunque la elección del mobiliario y los materiales debe ir acorde con el tipo de negocio, el concepto del restaurante y el nicho en el que se enfoca, la selección final debe resultar cómoda para los comensales, de modo que la experiencia total también lo sea.

Es un error común elegir el mobiliario (basados solo en su apariencia), antes de medir el espacio disponible o de llevar a cabo la distribución del plano de piso, es decir, antes de conocer el lugar que ocupará cada área de trabajo y el espacio en el que quedarán dispuestas las sillas y mesas dentro del local. Empezar por comprar el mobiliario puede acarrear contratiempos, ya que el espacio podría terminar repleto de mesas y sillas de un tamaño inapropiado para el restaurante, impidiendo el libre acceso, o con mobiliario muy pequeño que resulte incómodo para los clientes o les haga sentir dispersos o desconectados en un lugar en el que buscan un ambiente acogedor.

Es importante conocer y tener medidas exactas del local, para poder tener un criterio más exacto del tipo de mobiliario y número de piezas necesarios para llenar el restaurante sin sacrificar comodidad ni entorpecer su productividad.

5. CONCEPTO AMBIGUO

El concepto es la identidad de la marca que permite a un negocio delimitar su audiencia, tener muy claro su propósito y establecer líneas claras de comunicación que transmitan su filosofía de manera cónsona y coherente, sin contradicciones ni distractores.

Una filosofía del negocio sólida es la base para la correcta elección de los elementos que conforman el lenguaje de la marca, entre los que contamos también la decoración del local, pues es mediante los elementos que crean el ambiente que el negocio logra completar la experiencia que busca transmitir a su público.

Conocer el concepto del propio negocio es tan importante como saber transmitirlo, por eso es importante saber elegir las piezas en las que te apoyarás para que el mensaje sea claro, coherente y sin elementos que sobrecarguen ni distorsionen la promesa de la marca.

Es muy común caer en el error de incluir en la decoración del local cuanto elemento se parezca al concepto del negocio. Sin embargo, recordemos que se trata de elementos de un lenguaje, y que, como tal, excedernos podría construir un mensaje confuso e incluso abrumador para los huéspedes del negocio.

El secreto está en la correcta planificación y esta debe comenzar por tener un concepto claro de la identidad y la dirección del negocio. A partir de ahí obtendrás las directrices que te permitirán seleccionar la decoración, los materiales, los acabados, la iluminación, la vajilla, cubertería y el estilo del mobiliario que crearán la atmósfera del local.

Conviene tener presente que cada elemento cumple una función dentro del universo de tu negocio, por lo que todo aquello que no aporte estará causando un ruido innecesario en la comunicación. Todo debe estar alineado con el concepto y la personalidad de tu marca.

6. ESTACIÓN DE ACOGIDA DESORDENADA

La estación de bienvenida y acogida de un restaurante es un espacio destinado a la atención y acompañamiento de los clientes y no un conjunto de casilleros para las pertenencias de los anfitriones.

Esta zona debe estar provista de un plano de las mesas y asientos del restaurante, un perchero para los sombreros, abrigos y sombrillas de los usuarios, una libreta para notas o sugerencias y una linterna, todo con el fin de poder ofrecer de manera oportuna la orientación que los visitantes requieran.

Por tratarse de una de las primeras impresiones que recibe el cliente del local, esta área debe mantenerse limpia, en orden y sin objetos personales que distraigan a los anfitriones de su trabajo. Los equipos celulares, cargadores y otras pertenencias del personal de servicio deberán ser guardadas en sus respectivos casilleros, lejos de la zona de recepción.

Asegúrate de que tus huéspedes sean recibidos con respeto y un trato cordial en un espacio con solo lo necesario para para ese fin. Recuerda que la primera impresión siempre cuenta.

7. MALA ILUMINACIÓN 

La iluminación es parte del diseño, por eso un restaurante que descuida sus detalles está obviando uno de los elementos más importantes a la hora de crear el ambiente cómodo y acogedor con el que buscan cautivar a su audiencia.

Es importante destacar el restaurante desde su entorno, que los transeúntes puedan verlo y distinguirlo dentro de su contexto. La iluminación exterior debe resaltar el local, empleando las luminarias correctas que faciliten la tarea de diferenciar nuestro restaurante del resto, bien sea empleando tonos de luz diferentes o disponiendo las luces en una dirección distinta, algo que rompa con la iluminación tradicional, sin sacrificar la fachada o el concepto del negocio.

Dentro del restaurante, lo adecuado es un diseño de iluminación que vaya acorde con cada área dentro del local. Así, la entrada, la cocina, el área de las mesas y baños, recibirán el tipo de luz y la intensidad que se ajuste a cada zona.

Es importante tener en cuenta la incidencia de la luz sobre los platos y sobre los rostros de los comensales. La iluminación en las mesas debe ser suficiente para leer con claridad el menú, pero no tan intensa que cree fuertes sombras sobre los rostros de los clientes o altere el aspecto de los platos, por eso es recomendable el uso de luz atenuada mediante pantallas difusoras que suavicen su intensidad. La idea es que, además de deliciosos, los platos luzcan hermosos y apetecibles.

Crear un ambiente de iluminación por capas, combinando distintas temperaturas de iluminación, puede dar excelentes resultados cuando se intenta recrear ambientes cálidos y acogedores. La colocación de lámparas de luz indirecta sobre la mesa, el suelo o como apliques en la pared son opciones que agregan una luz secundaria y hacen el espacio más vivo y atractivo. El restaurante debe generar una experiencia de bienvenida, desde la llegada de los huéspedes hasta su salida.

8. ÁREAS DE SERVICIO VISIBLES

Los clientes de un restaurante quieren quedarse con su magia, por eso no están interesados en conocer los procesos internos del negocio que desvirtúan su velada.

Un buen plano de piso debe separar las zonas de uso exclusivo para empleados y personal de servicio, a modo de evitar que los clientes del restaurante puedan ver o acceder a los procedimientos de cocina, administrativos, de limpieza o cualquier operación ajena a la experiencia que como negocio se busca transmitir a los usuarios.

Ver u oír los tras bastidores de un negocio de alimentos, el ruido de los utensilios en la cocina, conversaciones del personal, manejo de desperdicios y las zonas de aseo e higiene pueden romper la burbuja que hemos creado alrededor de los clientes para hacerles vivir una experiencia memorable que, sin esos elementos, desearían repetir.

Procuremos mantener las operaciones que no interesan a los usuarios, alejadas de estos. Recordemos que todo lo que no contribuye a la experiencia, distrae y distorsiona.

Aunque estos procedimientos queden lejos del alcance de los comensales, el aseo y mantenimiento del local y sus implementos debe ser constante, de modo que tampoco los olores por acumulación de desperdicios se filtren al interior del restaurante y arruinen la velada.

9. LA ACÚSTICA

El exceso de ruido o un ambiente musical con mucho volumen pueden resultar tan incómodos para los usuarios como el silencio casi absoluto. Los restaurantes con un fondo musical que entorpezca la comunicación entre comensales de una misma mesa y hacia el personal de atención pueden ser tan molestos como la experiencia de una velada en total quietud, semejante al ambiente de una biblioteca. Mucho volumen puede aturdir, pero que el silencio excesivo puede transformar una cena tranquila en una experiencia adormecedora.

Los sonidos dentro del restaurante  deben propiciar un ambiente en el cual entablar una amena conversación y en el que se equilibren tantos los sonidos propios del lugar como la música suave que se ha elegido de fondo, de modo que los clientes no se vean forzados a elevar su tono de voz, causando más ruido, ni susurrar para no perder su privacidad.

El diseño de un local de comida debe aprovechar el uso del mobiliario, cortinas, plantas y otros materiales para reducir los ecos y suavizar los sonidos en el interior del restaurante.

10. LA UBICACIÓN

Empecemos por el principio: poco importa la calidad de tus platos si a tu clientela le resulta difícil acceder a tu restaurante, si tu local es poco visible o si no cuenta con suficientes puestos de aparcamiento. Esos tres factores relacionados con la ubicación de tu local pueden dificultar el crecimiento de tu negocio.

Es importante tener muy en cuenta la zona en la que se desarrollará la actividad del restaurante, el flujo peatonal y vehicular, los locales que lo rodean y su visibilidad desde diferentes puntos del sector donde piensas levantar tu negocio.

Una ubicación óptima debe garantizar su visibilidad, el fácil acceso a tu local y suficientes puestos de parqueo a pocos pasos de tu local. Ten en cuenta que los clientes pueden elegir comer en otro local si el parqueadero es difícil de acceder o cuenta con muy poco espacio.

En líneas generales, tu restaurante debe ser visible y de fácil acceso para tus clientes.

Por otro lado, es una buena idea ofrecer un valet opcional, si es apropiado para el tono de un restaurante. El aumento del negocio al ofrecer ambas opciones compensará con creces el gasto del valet.

Un restaurante es mucho más que su comida, es el conjunto de elementos que se alinean para crear un ambiente ideal en el cual disfrutar de un delicioso plato. Son sus sonidos, sus aromas, su iluminación… es el ambiente ameno que resulta de unir todos los ingredientes para hacer la estancia de sus visitantes un recuerdo perdurable. ¿Y quién no querría eso para su restaurante?